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sábado, 19 de junio de 2010

Del pasado del ex secretario de finanzas de SLP, Jeol Azuara Robles, ahora preso en el Penal de La Pila


¡Y LOS RANCHOS APÁ?
Por cierto que más que un contrato de arrendamiento para un helicóptero que primero querían comprar, al ex secretario de finanzas se le debería investigar en torno a los ranchillos que compró a precios tan ridículos que hasta sus subordinados en Catastro cuestionaron sus valores.
¿Manipuló los valores catastrales para pagar menos o para evadir impuestos y… de dónde salió tanto dinero, como para que el entonces Secretario de Finanzas, con un sueldo menor a los 100 mil pesos mensuales, comrara residencias en los fraccionamientos Lomas y Tangamanga y se volviera terrateniente de Tampamolón y Tanquián de Escobedo además de volver Pequeños Propietarios a sus dos hijos, menores de edad?
Cuando todo esto comenzó a salir a flote, aproximadamente a fines de noviembre de 2007, Azuara Robles dijo que los había comprado “de oportunidad y a precio de ganga” y como de todas formas encuadraba un enriquecimiento inexplicable para su salario de funcionario público, alegó que hizo esas compras con los ingresos de su despacho contable, que seguía operando “en sus ratos libres. O sea...
Azuara era un trabajador compulsivo o un aprovechado agiotista, pues uno de esos ranchillos fue adquirido a precios 11.7 veces por abajo del valor catastral, a su cuñada, Rosa Martha Grande López, casada con su hermano, Juan Manuel Azuara Robles, en 51 mil pesos por 80 hectáreas.
Según datos del RPPyC, adquirió el Rancho La Laguna, con lago artificial y una cabaña perdida tras una arboleda, estilo Jefe Diego, a la entrada de Tampamolón, en 451 nil pesos, cuando la dependencia, que depende directamente de la Secretaría de Finanzas, de la que Joel era titular, asigna valores hasta 11.7 veces mayores en terrenos vecinos a los pagados por él.
Así, al final del sexenio marecelista, el CP Azuara logró acumular la propiedad de un millón 687 mil 884.24 metros cuadrados de terrenos repartidos entre ésta capital y sus queridos municipios de Tampamolón y Tanquián, en la zona Huasteca. ¿Cómo ve, lo deberían investigar?¿Porqué no? 


ARCHIVO TOMADO DEL HISTÓRICO DEL DIARIO PULSO                                FECHA: 23 DE NOV DE 2008

EL SEÑOR DE LOS RANCHITOS

- Aparentemente “a precios de ganga”, escrituradas incluso en centavos por metro cuadrado, el encargado de las Finanzas del Estado ha adquirido en 42 meses varias propiedades en dos municipios de la Huasteca. Sus subordinados en Catastro son los primeros en cuestionar el ínfimo valor asentado en escrituras.

En la lista de sus más recientes adquisiciones se incluye el rancho La Laguna, que si bien no es la propiedad más costosa, llama la atención por ser de gran extensión y contar hasta con un lago artificial y un arroyo cercano.

La “fiebre inmobiliaria” le habría costado a Azuara, según los valores asignados en las escrituras, un mínimo de un millón 782 mil 150 pesos, gastados en un rally de compras de 42 meses, desde julio del 2004 a diciembre de 2007.

No obstante, el valor asignado en escrituras a las propiedades que el funcionario adquirió tanto en Tampamolón como en Tanquián de Escobedo, es mucho más bajo que el que la Dirección de Catastro del Estado establece para otros predios con características similares en esos mismos municipios.

Empleados de Catastro consultados por Pulso, informaron que el valor catastral para predios con ubicación y características similares a los terrenos comprados por el secretario de Finanzas, suele fijarse hasta 11.7 veces más que el valor asignado a las nuevas propiedades de Azuara.

El tabulador de salarios y prestaciones del Poder Ejecutivo marca para los secretarios sueldos que van de 52 mil 248 a 104 mil 498 pesos, en función de la relevancia de sus responsabilidades. Como encargado de controlar los recursos del Estado, Azuara estará entre los secretarios de alto ingreso.
Antes de integrarse al gabinete estatal, Azuara Robles no solía invertir tanto en predios y construcciones; no existe evidencia de compras en la oficina del RPPyC ubicada en la capital potosina, ni en el séptimo distrito judicial con sede en Tancanhuitz de Santos. En este último municipio se resguardan las escrituras públicas de Tanquián de Escobedo, de donde el funcionario es oriundo.

EN ZONA RESIDENCIAL

En todas las acciones de adquisición de propiedades en las que Joel Anacleto Azuara Robles aparece como comprador, éste reporta como domicilio particular una vivienda situada en la calle Sierra de Álvarez del fraccionamiento Lomas, cuarta sección.  Sin embargo, no es esa zona residencial la única en la que el secretario de Finanzas tiene propiedades. En julio del 2004 compró a Javier Enrique Meade Alonso y Jaime Capín Martínez un inmueble ubicado en el fraccionamiento Tangamanga.

Según la escritura pública inscrita con el número 198472, del tomo 3411 del RPPyC, Meade Alonso y Capín Martínez adquirieron en 1985 el lote de terreno marcado con el número 22 de la manzana “E”-3 del fraccionamiento en mención.

Posteriormente, se detalla que “del inmueble a que se refiere el punto que antecede se ha convenido en vender a Joel Anacleto Azuara Robles el resto el cual tiene una superficie de 125.07 metros cuadrados… venta que se hace con todos sus usos, costumbres, servidumbres, construcciones, instalaciones y con todo cuanto de hecho y por derecho le corresponde al mencionado inmueble”.

El funcionario estatal pagó un millón 029 mil 150 pesos por esa propiedad situada en la calle Juan Cárdenas.

REGRESO A CASA

Azuara Robles pasó toda su infancia y adolescencia en Tanquián de Escobedo, donde estudió hasta secundaria. En 1977 arribó a la capital e ingresó al Instituto Potosino para cursar preparatoria; de 1979 a 1983 estudió en la Facultad de Contaduría y Administración de la UASLP.

Desde entonces radica en la capital. Fue tesorero municipal en las administraciones de Alejandro Zapata Perogordo y Marcelo de los Santos Fraga.

Sus registros como comprador datan desde su cargo en Gobierno del Estado. El 14 de diciembre de 2005 compra a Manuel Hernández Agustina y Venancia Santiago Ortiz dos predios rústicos situados en Tanquián, mismos que suman una extensión de 25-49-32.86 hectáreas por las que pagó 80 mil pesos.

El valor catastral de esos dos terrenos se fijó en 37 mil 394.7 pesos. La nueva propiedad del secretario de Finanzas quedó registrada en el RPPyC el 4 de enero de 2006 con el número de inscripción 162 del tomo 33 bis.

El 27 de diciembre de 2007, también en Tanquián de Escobedo, el funcionario estatal concretó la compra de otro predio rústico de 18-42-04.84 hectáreas de extensión por el que pagó 45 mil pesos.

Damián Zúñiga Badillo era el dueño del rancho Santa Fe -mismo que medía más de 88 hectáreas-, pero lo vendió en varias fracciones, “por lo cual sólo le resta en propiedad una fracción la cual va a ser objeto del presente contrato”, se lee en las escrituras públicas.

Tanto en esa compra inscrita con el número 214 del tomo 37 bis del RPPyC como en el resto, se especifica que los compradores recibieron el pago “a su entera satisfacción”.

ALLÁ EN EL RANCHO GRANDE

El 9 de diciembre de 2006, Leónides González Mazo y María del Carmen Reyes Salas, a través de su apoderado legal, Mónico González Mazo, le vendieron a Azuara Robles los dos inmuebles rústicos que conforman el rancho La Laguna, ubicado en la entrada a Tampamolón Corona, a un costado de la carretera estatal Xolol-Tamuín.

El valor catastral asignado a ambas propiedades fue de 107 mil 798.25 pesos, y por el rancho dividido en dos partes -una de ellas mide 28-53-27 hectáreas y la otra, 47-01-16 hectáreas- el secretario de Finanzas pagó 410 mil pesos. Esa escritura pública quedó inscrita en el RPPyC con el número 222 del tomo 36 bis.

En Tampamolón, los habitantes fácilmente ubican el rancho La Laguna tanto por el lujo con que supuestamente se decoró la cabaña como por el lago artificial que adorna la entrada a ésta, aunque muchos desconocen a quién pertenece.

El lago se puede percibir al transitar por la carretera, desde donde también se observa un camino empedrado; la cabaña se encuentra oculta entre enormes árboles y rodeada de extensas áreas verdes en las que por lo menos una decena de cabezas de ganado vacuno suele pastar. Todo ello está delimitado por una pequeña cerca de alambre.

¿PARA LOS VÁSTAGOS?

Joel y Diego Ricardo Azuara Mariel, hijos del funcionario estatal aparecen como dueños de dos ranchos adquiridos el 20 de febrero de 2006. Ambas propiedades pertenecían a Rosa Martha Grande López, ganadera casada con Juan Manuel Azuara Robles, hermano del secretario de Finanzas.

En la inscripción 71 del tomo 34 bis detectada en el RPPyC se detalla que el predio rústico El Sacrificio -rebautizado como el rancho San Diego-, cuya extensión es de 35-43-08 hectáreas, se ubica en Tampamolón Corona y costó 150 mil pesos a los nuevos dueños. Su valor catastral ascendía a 54 mil 446.51 pesos.

Los niños Azuara Mariel compraron “en mancomún, proindiviso y por partes iguales la nuda propiedad del rancho San Diego”; su madre, Graciela Mariel -esposa de Azuara Robles- adquirió “el usufructo vitalicio respecto del mismo predio, en la inteligencia de que a su fallecimiento pasará automáticamente a favor de sus hijos, sin necesidad de promover juicio, únicamente anexándose a esta escritura el acta de defunción debidamente protocolizada ante el notario público”.

El mismo día y bajo ese mismo esquema, Joel y Diego Azuara Mariel también se convirtieron en dueños de una fracción del predio rústico El Varal. Los hermanos bautizaron su nueva propiedad en Tanquián de Escobedo como rancho San Diego, el cual mide 13-60-70.47 hectáreas y les costó 68 mil pesos.
Esa operación de compra-venta quedó registrada con el número 70 del tomo 34 bis del RPPyC.

“BIEN BARATITOS, CASI REGALADOS”

La propiedad en la que más gastó Azuara Robles es la construcción situada en el fraccionamiento Tangamanga, por la que pagó ocho mil 228.59 pesos por cada metro cuadrado.

En contraste, el valor en escrituras -valor comercial- de los predios rústicos que adquirió en la Huasteca potosina oscila entre dos mil 500 y cinco mil 957.44 pesos por hectárea, lo que representa entre 24 y 60 centavos por cada metro cuadrado.

En aquella zona, la propiedad que más le costó en términos proporcionales es el rancho La Laguna, donde Carmen Reyes Salas le vendió cada hectárea a casi seis mil pesos.

Antes de las operaciones de compra-venta, la Dirección de Catastro -instancia que depende de la Secretaría de Finanzas, de la que Azuara es titular- valuó los predios rústicos con pasto cultivado de temporal que adquirió el funcionario, y les otorgó valores catastrales equivalentes a entre mil 361 y mil 536 pesos por hectárea.

Empleados de Catastro consultados, detallaron que el valor catastral para predios situados en Tanquián de Escobedo y Tampamolón Corona, con características similares a los terrenos comprados por el secretario de Finanzas, suele fijarse en 18 mil pesos por hectárea, 11.7 veces más que el valor asignado en las escrituras de Azuara.

En el notariado potosino, confirmó un fedatario titular, es moneda corriente que “los precios registrados en escrituras no son los reales; puede ponerle el que usted quiera, más si se trata de cuestiones fiscales”.

Durante los poco más de cinco años que han transcurrido del sexenio de Marcelo de los Santos Fraga, Joel Azuara Robles ha logrado acumular por lo menos un millón 687 mil 884.24 metros cuadrados de nuevas propiedades, repartidos en la capital y dos municipios más del estado

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