Muere
Ignacio Torres Landa en SLP; se desplomó su helicóptero
Este mediodía se reportó la caída de un
helicóptero en el Club de Golf La Loma, en el cual viajaba el empresario Juan
Ignacio Torres Landa, ex candidato del PRI al gobierno de Guanajuato junto con cuatro
personas más; sólo hubo un sobreviviente y está grave.
Según los primeros informes, los hechos
habrían ocurrido cerca de las 13 horas a la altura del hoyo siete del
mencionado club, lo que provocó una intensa movilización de elementos del
Cuerpo de Bomberos en esa zona de la ciudad.
En el helicóptero viajaba presuntamente
una persona que acudiría al club a un juego de golf.
Antes que el club y las Procuraduría
confirmaran el percance, el Secretario de Gobernación Miguel Osorio Chong confirmó
la muerte del empresario Torres Landa al enviar un mensaje de pésame a sus
deudos y en su cuenta de twetter minutos después de la desgracia.
Los fallecidos son: el piloto Alejandro
Elizárraga Félix, el empresario Juan Ignacio Torres Landa García, Manuel
Palacios Alcocer, hermano del ex dirigente nacional del PRI Mariano Palacios
Alcocer y José Olescowski, mientras su hermano, Jaime Olescowski está sumamente
grave.
Torres Landa fue un empresario y político
mexicano, tenía negocios turísticos en la Huasteca Potosina; miembro del PRI y además
de frustrado candidato a la gubernatura guanajuatense fue también presidente
municipal y diputado federal.
El helicóptero particular despegó del “Hoyo
7” del campo de golf, pero perdió altura hasta que se estrelló con un cerro.
Algunos sugieren que en la zona cerril del club sopla fuerte el viento, causa
que se considera como probable de que las llamas redujeron a cenizas casi la
totalidad de la aeronave, excepto una hélice, en unos cuantos minutos.
El helicóptero accidentado es un Jet
Ranger Bell 209 con número de matrícula N297JA color blanco con rojo, azul y
amarillo.
COMUNICADO OFICIAL
A través de un comunicado de prensa
distribuido cinco horas después de lo ocurrido, se detalló que en el reporte
del incidente que se recibió cerca de la 13:00 horas, se indicaba la caída de
un helicóptero de 4 plazas, color vino, matrícula N297JA en el que se
trasladaban cinco personas.
“Dentro de las personas fallecidas se
encuentra, el empresario y político Juan Ignacio Torres Landa, originario del
Estado de Guanajuato, los tripulantes José Oleszkowsky Wassetil, Manuel
Palacios Alcocer y el piloto de la aeronave Alejandro Lizárraga Félix. Además
se reportó una persona lesionada de nombre Jaime Oleszkowsky, quien fue
trasladado para recibir atención médica en un hospital de la Capital”.
Al lugar de los hechos se presentaron
autoridades de Protección Civil, Cruz Roja, Bomberos, Secretaría de Seguridad
Pública Estatal, Policía Federal y elementos de la Procuraduría General de
Justicia del Estado.
El helicóptero procedía del Estado de
Guanajuato. Serán las autoridades federales de Aeronáutica Civil quienes
determinen las causas de este accidente.
Confiar para Creer.
Por Alejandro Zapata Perogordo
Hay dos cosas en esta vida que se
obtienen a través de las acciones: la confianza y el respeto. Ninguna de las
dos se gana por sí solas, se requiere de lealtades, congruencia, honorabilidad,
de actuar conforme a principios y procurando ser justo.
Esto no solamente va para las personas,
también se refleja en las instituciones, tanto por quienes se encargan de su
funcionamiento, como por quienes deben recibir los servicios. Si los que están
dentro de una entidad pública, no la respetan,
los que están afuera menos y, eso
trae como nefasta consecuencia el debilitamiento de las instituciones.
Tal parece que ese fenómeno va creciendo
día con día. Ya nadie confía ni en las instituciones ni en los políticos,
además esta situación se extiende a los medios de comunicación, que también
pasan por una crisis de credibilidad, ahora todo mundo prefiere conocer la
información por las redes sociales.
Es una situación seria, a la que se debe
poner atención. Baste ver lo ocurrido con los gobiernos estatales, Mario Marín,
Fidel Herrera, Rubén Moreira, Ulises Ruiz y ahora Granier, por señalar solo a
algunos, que han sido demasiado evidentes, más otros que aún se encuentran en
funciones, manejando las administraciones como verdaderos virreyes.
No solamente hubo manejo discrecional de
las finanzas públicas, sino que la lucha por el poder y la conservación de las
prebendas, hizo que vulneraran a una de las instituciones que mayor
credibilidad tenía: los Institutos Electorales locales. En su afán de dejar
sucesor a efecto de servir como tapadera, les era indispensable cooptar a los
árbitros de las contiendas. Lamentablemente esos institutos han perdido altos
índices de credibilidad y, sin duda, de confianza ciudadana.
La idea madre, consistió en que fueran
los propios ciudadanos los encargados de organizar y conducir los procesos
electorales, poniendo al frente a personas de reconocido prestigio y
honorabilidad. Ahora es común observar los pleitos y las controversias suscitadas
por los puestos de la burocracia electoral, donde la mano de los gobernadores
es la encargada de dar el visto bueno.
Estamos inmersos en 14 procesos
electorales y, nunca se había visto que, en prácticamente en todos los estados
en elecciones, se hubiese cuestionado tan duramente a los órganos encargados de
los procesos, por su falta de imparcialidad. Tampoco hemos conocido que alguien
saque la cara por ellos y menos aún que ellos mismos realicen acciones para
obtener la confianza ciudadana.
Por el contrario, cada vez se suman más
voces solicitando su desaparición.
Lo
único que mantiene a los ciudadanos, es la esperanza. No se confía en los
institutos electorales, lo mismo pasa con los gobiernos, inclusive el federal
que el nivel de aprobación sigue siendo bajo, la procuración y administración
de justicia, tampoco le parece confiable, más bien, selectiva y, de los
policías, ni hablar, se les considera de lo
peor que existe.
Así las cosas, se necesita enderezar el
rumbo y ganar la confianza y credibilidad de la gente.
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